Pasar al contenido principal
Ella se asoma a su vida, y nosotros vemos la nuestra.

Si esto fuera una novela -2023- Pilar Galán

En su libro Pilar Galán echa la mirada atrás, se adentra en la memoria familiar y, como si fuera una maga que vacía de pañuelos su chistera, va sacando recuerdos de su madre.  Un relato poético sobre los años que compartieron y otros anteriores.

Un texto dedicado más a la madre, pero el padre y los hermanos aparecen también como integrantes, necesarios, del dibujo que pretende hacer. Prolongación necesaria son también la enfermedad, los cuidados, el duelo; el enfrentarse a la casa cuando ya no la habitan. Humor, nostalgia, verdad y cariño.

Cuando empieza a buscar en el pasado de su madre se da cuenta de que le faltan muchos datos de su infancia, del otro tiempo que ella no compartió con sus hijos. Quizás lo contó, pero ellos no supieron –no pudieron– escucharla, las voces que les gritaban dentro a aquellos adolescentes no se lo permitieron. “Nos cuenta cosas, pero nosotras no escuchamos.”

Frente al papel apenas conserva la hija unas gotas de aquella vida que duró mucho; para la madre fueron años: un mes tras otro. Hoy no es nada, voló. La muerte no deja de ser solo una conversación interrumpida.

Se va filtrando en la obra la huella de una escritura. Las palabras estuvieron dormidas hasta varios años después de la  muerte de la madre. Se sentía habitada por la pereza, aunque lo peor fuera que le resultaba difícil poner todo esto en papel, le quedaba la cicatriz del dolor,  temía quizás revivir la tristeza mientras redactaba. Pero debía ponerse a la tarea. Eso se vislumbra en una de las citas que abren el libro, la de Leila Guerrero: […] que hay que escribir para que cada palabra soporte el peso de las que no están. Para vaciar la página de peso.

“Las que no están”, palabras y mujeres.

Se mece el relato hacia atrás y hacia delante en el tiempo. La materia de los recuerdos no permite seguir un orden cronológico, la memoria es una sustancia informe que ahora se oculta y después florece; para volver a esconderse más tarde o resurgir, arrastrando esta vez nuevos jirones del ayer, que se velarán después, y que quizás no podamos recuperar nunca más.

Su texto da vueltas a estos recuerdos líquidos que suben a la superficie, en el libro esto se traduce en detalles que retornan a lo largo de las páginas, como en una espiral hipnótica. “Este libro avanza solo, pero no en línea recta.”

La memoria de todos los hermanos no conseguirá rellenar los huecos que se han abierto en el ayer, a veces convertimos en ficción el pasado, pero no es por un deseo de mentir, es que nos ha crecido dentro otra verdad.

 “Como la memoria es engañosa, tengo un dato grabado que no sé si pertenece a la realidad o la literatura del pasado inventado.”

“Lo contaba siempre, pero ese dato no perdura en la memoria colectiva, tan poco fiable.”

Ella escribe su libro y nosotros leemos el nuestro.

La autora se sumerge en un trozo de su historia familiar y nos arrastra hacia nuestro pasado, porque esas vivencias que se van desatando entre las páginas evocan nuestra propia vida.

Leo sobre la memoria y el olvido; sobre los recuerdos que van prendidos al dolor y que nunca se irán y sobre aquellos que brillan en el presente.

Mucho de lo que aparece escrito me lo pregunté alguna vez: ¿Qué fue de aquellos con los que compartimos un breve momento de la vida? ¿Dónde fueron tantos papeles cumplidos de garabatos con pretensiones sesudas? ¿Cómo hubieran vivido mis muertos una pandemia?

Sus palabras traen atadas mucho de nuestro pasado. Lo que uno quiere recordar y no puede; lo que te asalta desde el ayer, pero rechazas.

La memoria nos traiciona, muerde,  picotea de aquí y de allí para construir el relato. La memoria sabe también cuándo tiene que hundirse en la negrura más profunda para no subir hasta la superficie de nuestra conciencia.

El material del que están hechos los recuerdos es pegajoso, mudable, volátil. A veces provoca rechazo, en otras ocasiones es agradable al tacto. Puede ser opaco y nos impide así reconocer nada de lo que alberga.

[…] la memoria va y viene, y acaba por retener lo que ella quiere y soltar lo que debe soltar.”

Pilar Galán te acompaña mientras miras atrás. Tú te arremangas y metes las manos en esa masa que nos da vueltas dentro. Sacas algo, lo vuelves a hundir, con rabia o con rubor; extraes otro momento que se ocultaba en aquel magma impreciso: lo mimas, lo acaricias, lo limpias de posibles impurezas.

En realidad escribes tu novela.

Comentarios

Mer, qué acertado tu comentario, me ha encantado. El libro de Pilar me emocionó , qué bien escribe! Como tú dices ,cada uno leemos nuestra novela.

Añadir nuevo comentario

HTML Restringido

  • Puede alinear imágenes (data-align="center") pero también videos, citas, y demás.
  • No sólo puede subtitular imágenes (data-caption="Text"), sino también videos, blockquotes, y mucho más.

Entradas recientes

Sobre mí

Me siento a gusto entre libros, por eso me decidí a crear esta web. Solo pretendo aquí convertir en palabras ciertas sugerencias que me ofrecen algunos de los libros que leo.